VÍA REGIA, la ruta cultural de Europa
Jürgen Fischer
Director del Proyecto VIA REGIA
El término «Vía Regia» puede tener varias acepciones. En primer lugar, describe originariamente un régimen jurídico de las
comunicaciones durante la Edad Media. Las rutas bajo protection real, que llevaban el nombre de Vía Regia en el Sacro Imperio
Romano Germánico, existieron en los tiempos en que habíaun fuerte poder real que podia garantizar efectivamente la protección
de las vías. Con la caída del proder real, a partir del siglo XIV, ya no se puede hablar de una Vía Regia en sentido estric-to,
y los derechos sobre las rutas recayeron en señores feudales particulares.
En segundo lugar, en algunas regiones europeas la Vía Regia aparece como nombre de vía (mayori-tariamente histórico) derivado
de su estatus original como «vía real», y en ocasiones todavía puede encontrarse en las obras cartograficás actuales.
En tercer lugar, el término Vía Regia se usa como metáfora sobre todo en ciencia y en política, en el sentido de «camino real»,
«vía dorada», una vía para la solución óptima de problemas. En una sesión especializada de políticos municipales sajones celebrada
en el año 2002, se utilicó la fórmula «Vía Regia, el “camino real” de Europa», aputando a un significado simbólico, el de
una Vía Regia histórica que iba del oeste al este de Europa y que podía haber influido en el proceso de la integración europea.
En coarto lugar, la Vía Regia es el nombre de una red que enlaza los diferentes niveles de un concepto que designa de forma
unitria la unión más larga antigua y más larga entre países del oeste y el este de Europa. Con este telón de fondo, representa
nuevas formas de colaboración internacional, y en el año 2005 fue distinguida como Itinerario Cultural del Consejo de Europa.
Esta comprensión ampliada de la Vía Regia hace referencia al tramo de ruta del mismi nombre situado en la Alemania Central,
y sigue sus progresos hacia el oeste y el este de Europa. Se trata sin ninguna duda de diferentes sistemas viarios que se
han ido engranando de formas muy dispares en épocas diferentes, pero que muestran unas características de continuidad relativamente
constante a gran escala, y con los cuales se han consumado, durante siglos, las formas principales de intercambio entre el este
y el oeste de Europa, vinculadas a los acontecimientos más decisivos de la historia del continente.
Si observamos los movimientos de tránsito dentro de Europa, veremos que los desplazamientos de este a oeste (o viceversa)
tienen una importancia determinante en el desarrollo cultural y económico de este territorio. En el espacio que hasta hoy
denominamos «corredor III» reconocido como uno de los ejes comerciales europeos más importantes, aparecen numerosos
movimientos migratorios de este a oeste ya en la Edad de Piedra. El motivo: la ruta era comparativamente fácil de superar
(en el norte estaban las cordilleras montañosas y en el sur la zona de la época de la glaciación). En aquellos tiempos todavía
no se hablaba de ciudades, vías, comercio a larga distancia o peregrinaciones.
El Imperio Romano fue de gran importancia para establecer una verdadera comunicacíon hacia el este. En la época de la transición
había vías consolidadas entre las ciudades actuales de Burdeos, Poitiers, Tours, Orleans, París, Reims, Metz, Sarrebruck y
Kaiserslautern hasta Magunicia, que posteriormente siguieron utilizándose durante siglos. El jefe del ejército romano
Druso partió en el siglo 1 a. C. desde Magunica ( Moguntiacum) hacia el este en dirección al Elba, desde donde se desarolló
a partir de entonces una comunicacíon viaria relativamente estable. Dado que Druso tuvo que vencer a la tribu de los celtas
en su campaña militar, se puede suponer que pasó por el Wetterau (región de Hesse), con lo que se pueden delimitar algunos
contornos del transcurso de la posterior Vía Regia.
La conexión viaria formada de este modo también se siguió utilizando durante el reinado de los fran-cos. Tras la muerte del
rey Clodoveo I, su reino fue dividido entre sus cuatro hijos, que establecieron cuatro capitales: Orleans, París, Soissons
y Reims, unidas entre sí por caminos de la época romana.
Desde Soissons, Clotario conquistó en el siglo VI el reino de Turingia aliándose con su hermano Teodorico, cue reinaba en
Reims. Es de suponer que los francos utilizaron las vías de comunicación existenses para sus campañas militares y, desde
entonces hasta el siglo X (período en el que una gran parte de la Alemania Central actual fue territorio franco), estabilizaron
las vías de comunicación hacia el este. Entre los siglos VIII y X existen una serie de informes y hallazgos que también documentan
un intercambio del reino franco con las zonas eslavas. Las vías de comunicación hacia el este estaban protegidas por muros y
fortalezas eslavas, donde más tarde a menudo se fundaron ciudades. Se ha documentado la presencia de comerciantes judíos hasta
la región de los alrededores de Cracovia.
En el siglo X, el monarca varego Oleg trasladó el centro de poder de su reino de Nóvgorod a Kíev. La nueva capital de los
rusos a partir de entonces se convirtió en una de las ciudades más grandes y ricas de Europa, y muchos aspectos también en uno
de los centros de intercambio más importantes entre la Europa Oriental y la Occidental.
Existen muchos indicios de viajes de Kíev a París y viceversa, y de que existió un activo intercambio de mercancías, el cual
tuvo lugar por vía terrestre pasando por los lugares que marcan el recorrido de la Vía Regia en el este.
Con la decadencia del Rus y el establecimiento de los principados de Halicz y Wolhynsk, así como el nacimientode nuevas ciudades
en la parte occidental de la actual Ucrania, se fijaron y estabilizaron las comunicaciones que unían a la Europa Oriental y
Occidental mediante la Vía Regia de la Alemania Central.
Después de que la Horda de Oro destruyera Kíev en 1241, la ciudad quedó despoblada durante mucho tiempo y perdió durante
siglos su importancia como metrópolis europea, y con ello también como destino preferente. Sin embargo, se debe recordar que
esta tradicional ruta por Kíev llevó a los khanatos de la Horda de Oro hasta el Lejano Oriente, desde donde los anhelados productos
de lujo también encontraron su camino hacia el oeste siguiendo el eje de la Vía Regia.
La otra característica de la vía está relacionada con la consagración de Cracovia como capital del reino de Polonia, el
desarrollo multicultural de las ciudades de Silesia y la conquista de Galitzia por parte del rey polaco Kazimierz Wielki.
En la zona fronteriza de la llanura de Sandomier con los Cárpatos, por la que desde la Antigüedad transcurre la comunicación
este-oeste más importante de Europa, se fundaron las ciudades más antiguas de los Cárpatos, entre ellas Rzeszów, Lancut, Przeworsk,
Jaroslaw y Przemysl.
El mercado y el comercio a larga distancia tuvieron una importancia decisiva para la vitalidad de Europa desde la Edad Media.
Los mercados a lo largo de la Vía Regia documentan fehacientemente la importancia de esta vía para el desarrollo europeo. Esto
es aplicable a los famosos mercados medievales alemanes, como Fráncfort del Meno, Erfurt, Naumburg o Leipzig, pero también se
refiere sobre todo a los centros de comercio que surgieron entre los siglos VIII y XI, como el de Verdún, donde gracias a las
buenas relaciones con al-Andalus durante el siglo IX se mantenía el mercado de esclavos-procedentes mayoritariamente de las
zonas eslavas – más grande de Europa. Otro ejemplo son las ferias de la Champaña, cuyo apogeo tuvo lugar en los siglos XII y
XIII, y que iban dirigidas a la participación de comerciantes del este, o los mercados anuales en la ciudad de Jaroslaw, al
este de Polonia, en los que hasta el siglo XVI se comerciaba con la mayor parte de especias orientales que se encontraban en la
ruta terrestre hacia Europa Occidental.
En el siglo XVII y principios del XVIII estallaron varias guerras que asolaron muchas zonas de Europa y que provocaron la
decadencia de las ciudades, el retroceso del comercio a larga distancia y la degeneración del sistema de las rutas. Además,
con el tiempo surgieron nuevos centros dominación de importancia europea en Viena, Berlín, Varsovia o Moscú, hacia los cuales
se orientó el desarrollo ulterior del tráfico, de forma que la Vía Regia perdió su importancia predominante como unión
terrestre entre el este y el oeste.A pesar de ello, siguió siendo una de las vías europeas más importantes en el este del
continente. A principios del siglo XIX Napoleón ordenó construir la Grande Route Impériale desde París hasta Magunicia, posiblemente
la vía más moderna de la Europa de aquel tiempo, desde la cual partió hacia el este con sus ejércitos y después retrocedió hacia
París tras la batalla de las Naciones en Leipzig. Las consecuencias del Congreso de Viena y la desmembración subsiguiente de
Europa, así como la invención del ferrocarill, también hicieron que la Vía Regia perdiera su importancia en el siglo XIX.
Con el invento del automóvil, la Vía Regia tuvo que responder a nuevas exigencias técnicas para que se pudiera circular por
ella. La construcción de una nueva vía no empezó hasta finales de la década de 1930, y el inicio de la Segunda Guerra Mundial
hizo que se pudiera trabajar en ella de forma muy restringida. Cuando por fin, en 1943, se pudoponer término a la obra
definitivamente, el tramo de Alemania ya estaba listo, con la excepción de algunos puentes a través de valles que debían
ser rodeados (algunos todavía hoy son de una sola vía), y por lo tanto ya podía ser utilizada por los militares.
Los cambios habidos tras la Segunda Guerra Mundial, con la división de Alemania y Europa, también convirtieron las vías más
conocidas –que hasta entonces habían unido a Europa Oriental y Occidental en espacios separados económica y políticamente.
Esta vía ya no permitía el acceso a toda Europa. La designación Este-Oeste recibió un significado completamente nuevo en
la historia del continente. La Vía Regia cayó casi en el olvido. Su simbología como enlace entre los países europeos era
un tabú en los estados del este.
El desarrolla de los últimos años ha intensificado el proceso de integración de la Unión Europea, la apertura de los países
del este de Europa y la liberación del commercio mundial. El cambio en las relaciones políticas, la cración de nuevos sistemas
de producción, el crecimiento de las redes de abastecimiento y la ampliación de los mercados de consuma también tienen su
impacto sobre las comunicaciones. La renovación de la Vía Regia es de gran importancia para la integración europea. Para
algunas aglomeraciones urbanas del sur de Polonia, esta vía de comunicación juega hoy en día un enorme papel económico. La A4,
que sigue el transcurso histórico de la Vía Regia, es la unión por tierra más importante entre Alemania y las áreas industriales
y yacimientos de carbón de Polonia. Debería ampliarse hasta la frontera con Ucrania para facilitar el tránsito desde Europa
Occidental hasta Ucrania y hacia el sur de Rusia.
En el Itinerario Cultural de la Vía Regia hay mucho camino que recorrer en el futuro. Aparte del encargo de la construcción
y ampliación de la red de la vía y de una definición actual de sus objetivos, sigue existiendo la necesidad de investigar más
sobre la historia de esta ruta. Esto afecta a las precisiones del recorrido original en cada región, pero también al
posterior reconocimiento de relaciones más importantes. Actualmente no está clara la importancia y el desarrollo concreto de
la ruta que sale de Cracovia pasando por Česky Krumlov-Praga-Regensburgo hacia el oeste. Tampogo se ha incluido el trampo
que va de Flandes hacia el este, pasando por Aquisgrán-Colonia, especialmente importante para el comercio a larga distancia.
Además, la continuación de la Vía Regia desde el sur de Francia hasta Santiago de Compostela es por de pronto la transferencia
implícita de la Vía Turonensis, por la cual llegaban a Santiago de Campostela muchos de los peregrinos que venían del este.
También se precisa un replanteamiento de la interpretación de la unión de ciudades polacas «Na kupieckim Szlaku»
(«Por la vía comercial»), según la cual, tras la destrucción de Kíev, un tramo significativo iba desde Cracovia o Lviv,
pasando por Chisinău, hasta los tártaros de Crimea o los kontors comerciales genoveses de la península de Crimea.